una agenda definida en conjunto y no en la relación en sí. Cuando un Sugar Daddy quiere reunirse o hablar, la relación se retoma desde donde se dejó. Un Sugar Daddy tiene su propia agenda completa y no seguirá a ninguna otra persona, a menos que considere lo contrario. También se eliminan las cargas y los problemas de una típica relación, lo que permite a ambos disfrutar de un tiempo agradable juntos. Ya no hay lugar para la incomodidad social, las peleas o el clásico: «tenemos que hablar». De este modo, se puede terminar simplemente como se comenzó.